No hay que olvidar revisar, y en su caso sustituir, los frenos de tambor si presentan señales de desgate, están oxidados o deformados
Aunque estamos acostumbrados a los frenos de disco, no hay que olvidar que actualmente en el parque móvil de nuestro país hay un buen número de vehículos que utilizan frenos de tambor en el tren trasero. Si estos se encuentran oxidados, presentan surcos, o están deformados, es necesario proceder a su sustitución, siendo lo ideal cambiar todos los elementos que lo componen: tambor, zapata, cilindro, tensor y muelles, impregnando determinadas partes móviles con una grasa especial de freno
También es aconsejable revisar periódicamente en estado de las zapatas, que, junto con el tambor realizan todo el esfuerzo tanto a la hora de frenar en orden de marcha, como al activar el freno de estacionamiento.
No hay que olvidar que una vez sustituido el conjunto del freno de tambor deberemos realizar un rodaje para que las piezas se asienten y acoplen, evitando frenazos bruscos durante los primeros 200-500 kilómetros.
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