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Fórmula 1430, la apuesta de SEAT en la década de los 70 para promocional el automovilismo

El nacimiento de la Fórmula 1430 fue un impulso imparable para la promoción del automovilismo deportivo, tanto en cuanto a pilotos como a ingenieros, técnicos y mecánicos. La primera carrera se disputó el 4 de abril de 1971 y hasta 1974 el organizador era la propia SEAT. A partir del año siguiente y hasta casi el final de la década hubo un comité organizador formado por diferentes estamentos, mientras que SEAT continuaba ofreciendo todo su apoyo técnico y económico.

Además de escuela de promoción deportiva, la F-1430 también fue importante para la propia SEAT, la marca que proporcionaba la mecánica de los monoplazas y dedicaba una buena partida económica a premios y primas de salida.

Entre los fabricantes que se lanzaron a diseñar monoplazas para montar la mecánica SEAT, el de mayor éxito fue, con diferencia, Selex, como demuestra un dato concluyente: de las 71 carreras de la Fórmula 1430 disputadas (entre 1971 y 1978), 66 las ganaron los chasis catalanes Selex, y las otras cinco, los andaluces Lince. El artífice de este dominio fue Jaume Xifré, el ingeniero de Selex que diseñó los monoplazas. Según Xifré, el diseño del chasis era lo más fácil; las suspensiones planteaban la mayor dificultad.

Los monoplazas de F-1430 estaban formados por un chasis tubular (el primer monocasco llegó en 1977), con el motor del SEAT 1430 y la caja de cambios… ¡del SEAT 600! “El cambio del 600 se podía acoplar fácilmente, pero había que girarlo hacia abajo, ¡de lo contrario tendríamos una marcha adelante y cuatro hacia atrás!”, añade Xifré. También eran componentes SEAT de serie los frenos (incluyendo las pinzas y la bomba) y las manguetas delanteras. El motor de serie entregaba 75 CV, que llegaban a superar los 80 en un propulsor bien equilibrado. Combinado con un peso de apenas 420 kg, la relación peso-potencia convertía los F-1430 en auténticos vehículos de competición.

El primer Selex de F-1430 fue el ST-3, que también es el monoplaza de más éxito de toda la historia del campeonato, dado que fue el vehículo de los cinco primeros campeones, mientras que el sexto, Pere Nogués, pilotó un ST-5, la evolución del ST-3. De Selex ST-3 se fabricaron 45 unidades, 25 ya preparadas para la primera carrera.

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